El Indiana Bell: La increíble historia del edificio que giró 90 grados sin detener sus operaciones

En el vasto mundo de la ingeniería y la arquitectura, pocas historias logran capturar la imaginación como la del Indiana Bell, un edificio que desafió todas las expectativas al ser girado 90 grados mientras sus ocupantes seguían trabajando en su interior. Esta hazaña, que ocurrió en 1930 en Indianápolis, no solo demostró un increíble dominio de la ingeniería, sino también una planificación meticulosa y un coraje impresionante por parte de los responsables.

edificio Indiana Bell
edificio Indiana Bell, imagen cortesía de Arch Daily

El desafío monumental

En 1929, la compañía Indiana Bell Telephone Company («Compañía telefónica de Indiana Bell») necesitaba expandir sus instalaciones para satisfacer la creciente demanda de servicios telefónicos. El problema era que el edificio existente no solo era demasiado pequeño, sino que además estaba ubicado justo en el lugar donde debía construirse la nueva estructura.

Derribar el antiguo edificio Indiana Bell y empezar desde cero habría interrumpido el servicio telefónico para miles de personas. En cambio, los ingenieros idearon un plan audaz: girar el edificio de ocho pisos, que pesaba unas 11,000 toneladas, 90 grados y moverlo 15 metros hacia atrás. Todo esto debía hacerse sin interrumpir las operaciones diarias.


Ingeniería en acción: un giro maestro

edificio Indiana Bell
Imagen cortesía de Arch Daily

El proyecto fue liderado por el ingeniero Kurt Vonnegut Sr. (padre del famoso escritor Kurt Vonnegut Jr.). Para lograr el movimiento, se cavaron túneles bajo el edificio y se colocaron gatos hidráulicos sobre una base de concreto especialmente diseñada. Los trabajadores utilizaron una serie de rodillos de acero para permitir que el edificio se deslizara lentamente a su nueva posición.

El proceso tomó un total de cuatro semanas. Durante ese tiempo, el edificio se movió aproximadamente 38 centímetros al día. Lo más sorprendente es que las líneas telefónicas, el gas, el agua y la electricidad permanecieron conectadas durante toda la operación. Los empleados seguían trabajando en sus escritorios, los teléfonos sonaban y la vida dentro del edificio continuaba como si nada estuviera pasando.


Detalles impresionantes

Una de las curiosidades más fascinantes es que las entradas y salidas del edificio tuvieron que ajustarse gradualmente al movimiento. Los pasillos temporales y las pasarelas permitieron que los empleados y visitantes entraran y salieran sin problemas, incluso cuando el edificio estaba literalmente en movimiento.

El giro del edificio no fue un simple desplazamiento lineal. El edificio tuvo que rotarse sobre un eje mientras se movía lateralmente, lo que requirió cálculos extremadamente precisos y una ejecución impecable. Cada centímetro contaba, y un error mínimo podría haber tenido consecuencias catastróficas.


El legado del edificio Indiana Bell

Una vez completado el movimiento, el edificio quedó perfectamente alineado en su nueva posición, y la construcción del nuevo edificio pudo proceder sin interrupciones. El Indiana Bell se mantuvo operativo durante décadas, sirviendo como prueba del ingenio humano y la capacidad para resolver problemas aparentemente imposibles.

Desafortunadamente, el edificio original fue demolido años después, pero su historia sigue viva en los anales de la ingeniería y la arquitectura. La audaz decisión de mover un edificio de 11,000 toneladas sin detener sus operaciones sigue siendo un caso de estudio para ingenieros y arquitectos de todo el mundo.


El edificio Indiana Bell se trasladó en 1930 sin interrumpir las operaciones:

Cuándo: entre el 12 de octubre y el 14 de noviembre de 1930

Cómo: el edificio de 8 pisos y 11 000 toneladas se rotó 90 grados y se movió 16 metros, se trasladó utilizando gatos hidráulicos y una máquina de vapor

Resultados: la mudanza se realizó con tanta precisión que no hubo interrupción en las operaciones

Características notables: una acera de madera móvil permitió que la gente entrara y saliera del edificio durante la mudanza, y todos los cables y tuberías de servicios públicos se alargaron y se hicieron flexibles

Arquitecto: Kurt Vonnegut Sr. concibió y ejecutó el plan


Una lección eterna

El edificio Indiana Bell no solo es un ejemplo de proeza técnica, sino también una lección sobre la creatividad y el pensamiento innovador en tiempos de crisis. Cuando enfrentamos desafíos aparentemente insuperables, a menudo la solución no es elegir entre ‘esto’ o ‘aquello’, sino encontrar una tercera vía, tan audaz y efectiva como la que los ingenieros de Indiana Bell ejecutaron en 1930.

Hoy, el edifico Indiana Bell vive en la memoria colectiva como un recordatorio de lo que podemos lograr cuando combinamos conocimiento, valentía y una visión clara. Después de todo, no todos los días se ve un edificio girar 90 grados mientras sus ocupantes continúan respondiendo llamadas telefónicas como si nada estuviera pasando.

zt3423fsf
zt3423fsf
Artículos: 55