Elevándose sobre paisajes antiguos, este extraño fósil ha desconcertado a los científicos durante más de un siglo. Un nuevo descubrimiento podría finalmente explicar por qué, o profundizar el misterio. El extraño organismo, que antes se creía un hongo gigante, podría pertenecer en realidad a una rama desconocida del árbol de la vida que se extinguió misteriosamente hace mucho tiempo. El análisis químico sugiere que el fósil de Prototaxites, de 400 millones de años, no era ni planta, ni animal, ni hongo, lo que sugiere una misteriosa forma de vida nueva.

El fósil que es un tipo de vida completamente nuevo
Hace cientos de millones de años, misteriosas formas de vida llamadas Prototaxites se elevaban hacia el cielo. Los prototaxitos, que vivieron hace entre 420 y 375 millones de años, fueron los primeros organismos terrestre gigantes; algunas especies de Prototaxites alcanzaron los 8 metros de alto y 1 metro de ancho, y se asemejaban a troncos de árboles sin ramas compuestos por diminutos tubos interconectados. Su lugar en el árbol de la vida ha sido objeto de intensos debates durante más de un siglo y medio. Una nueva investigación sugiere que esto se debe a que los Prototaxites no tienen cabida en el árbol de la vida tal como lo conocemos y pertenecen a una rama previamente desconocida.
Investigadores del Reino Unido analizaron los restos fósiles de una especie de Prototaxites llamada Prototaxites taiti y concluyeron que probablemente pertenecía a un linaje ya extinto de eucariotas terrestres multicelulares (organismos, incluyendo todos los animales y plantas, cuyas células contienen núcleo). Su trabajo se detalla en un estudio publicado en el servidor de preimpresión bioRxiv.
La investigación
«Realizamos un reexamen exhaustivo de P. taiti, lo que nos llevó a rechazar la hipótesis más extendida de que Prototaxites era un hongo», escribieron en el estudio los investigadores, entre ellos Corentin Loron, de la Facultad de Física y Astronomía de la Universidad de Edimburgo. Un artículo de 2007 ya había sugerido que Prototaxites era un hongo antiguo.
Loron y sus colegas llegaron a esta conclusión al contrastar la anatomía y la composición molecular de Prototaxites con hongos contemporáneos del Rhynie Chert, de 407 millones de años de antigüedad, añadieron. El Rhynie Chert es un depósito sedimentario en Escocia que ha conservado importantes restos fósiles del período Devónico Temprano (hace entre 408 y 360 millones de años). “Fue una época en la que el oxígeno atmosférico alcanzó niveles respirables, lo que atribuimos a la propagación de plantas y hongos por la superficie terrestre y al aumento de las tasas globales de fotosíntesis”.
La comparación reveló que Prototaxites taiti era el organismo más grande del ecosistema de Rhynie y su anatomía era fundamentalmente distinta a la de todos los hongos conocidos, tanto actuales como extintos. Los investigadores tampoco encontraron evidencia de moléculas de quitina o quitosano en las paredes celulares de todos los grupos de hongos, tanto extintos como actuales, conocidos por la ciencia. “Este nuevo trabajo demuestra con bastante certeza que los Prototaxites no formaban parte de esta radiación planta-hongo, sino que eran algo completamente distinto”.
En términos más generales, los investigadores documentaron tres características definitorias de los Prototaxites: grandes estructuras formadas por diferentes componentes tubulares, compuestos similares a la lignina (las moléculas que ayudan a dar rigidez a las plantas) y un estilo de vida heterotrófico (consumir otros organismos para alimentarse).

Conclusiones
“Con base en esta investigación, no podemos asignar Prototaxites a ningún linaje existente, lo que refuerza su singularidad”, explicaron. “Concluimos que la morfología y la huella molecular de P. taiti son claramente distintas a las de los hongos y otros organismos preservados junto a él en el Rhynie Chert, y sugerimos que se le considera miembro de un grupo de eucariotas completamente extinto y no descrito previamente”.
“Sabemos que estos organismos no sobrevivieron”, dijo Mills. “¿Pero qué habría pasado si ellos y otros similares lo hubieran hecho y hubieran dominado la superficie terrestre? ¿Habría sobrevivido nuestra atmósfera rica en oxígeno? Estas preguntas son cruciales cuando consideramos la posibilidad de que existan planetas habitables o vida inteligente que respire oxígeno en otros lugares”.
Todos los organismos vivos de la Tierra pertenecen a uno de tres dominios: bacterias, arqueas o eucariotas (también conocidos como eucariotas). Las bacterias y las arqueas son microorganismos unicelulares sin núcleo, mientras que todos los organismos multicelulares se clasifican como eucariotas. Los eucariotas se subdividen generalmente en cuatro reinos: animales, plantas, hongos y protistas (básicamente, una categoría general para todos los eucariotas que no son animales, plantas u hongos). La conclusión de los investigadores parece sugerir la existencia de un nuevo reino de vida, aunque no mencionan explícitamente esa clasificación.
En otras palabras, los reinos olvidados hace mucho podrían no ser sólo tema de novelas de fantasía.