El 1 de febrero de 1993, el tranquilo suburbio de Amarillo, Texas, se vio envuelto en un misterio que desafiaría toda lógica. David Glenn Lewis, un respetado abogado y exjuez de 39 años, desapareció de su hogar sin dejar rastro, desencadenando una cadena de eventos tan extraños que, incluso décadas después, continúan desconcertando a investigadores. Este es el caso de un hombre que, en cuestión de horas, pasó de ser un padre de familia en Texas a una víctima anónima de un atropello y fuga a miles de kilómetros de distancia.
¿Quién Era David Lewis?
David Glenn Lewis era, en la superficie, un pilar de su comunidad. Un abogado exitoso con su propia práctica, también se desempeñaba como exjuez del tribunal de primera instancia del condado de Moore y enseñaba una clase de gobierno en una universidad local. Era un hombre dedicado a su familia, un esposo y padre que compartía con su esposa, Karen, y su hija, Lauren, una vida aparentemente normal en Amarillo, Texas. Su pasión por los Dallas Cowboys era bien conocida, y el fin de semana de su desaparición, el Super Bowl XXVII estaba a punto de empezar, un evento que David, como fiel seguidor, no se perdería por nada. Su vida, en todos los aspectos, parecía estable y sin complicaciones, lo que hizo que su repentina ausencia fuera aún más incomprensible.

Una Extraña Desaparición
El telón de este misterio se alzó el 1 de febrero de 1993. Karen Lewis y su hija regresaron a casa después de un viaje de compras de fin de semana a Dallas. Esperaban encontrar a David, tal vez viendo el partido o preparando algo, pero la casa estaba extrañamente silenciosa. Encontraron sándwiches de pavo frescos en el refrigerador, una lavadora llena de ropa a medio lavar y la grabadora de video (VCR) grabando el Super Bowl. Todo indicaba que David había salido de casa de forma abrupta e inesperada, sin la intención de una ausencia prolongada.
La preocupación de Karen se intensificó al descubrir el anillo de bodas y el reloj de David sobre el mostrador de la cocina, objetos que él rara vez se quitaba. Su camioneta Ford Explorer roja, un vehículo distintivo, no estaba en el garaje. La policía de Amarillo inició una investigación, y el 2 de febrero, la camioneta de Lewis apareció misteriosamente estacionada frente al Palacio de Justicia del Condado de Potter, en el centro de Amarillo. Las llaves del coche y de la casa estaban escondidas debajo de una alfombrilla, y dentro, los investigadores encontraron su chequera, tarjetas de crédito y licencia de conducir, todos sus efectos personales que normalmente llevaba consigo. La escena no ofrecía signos de forcejeo ni de robo, solo un vacío desconcertante.

La Investigación: Pistas Confusas y Callejones Sin Salida
La policía de Amarillo se encontró rápidamente con una serie de pistas contradictorias. Mientras la familia de David insistía en que él nunca se iría voluntariamente, la investigación reveló detalles que llevaron a las autoridades a considerar la posibilidad de una desaparición voluntaria. Se descubrió que se habían comprado dos billetes de avión a nombre de «David Lewis» alrededor del momento de su desaparición: uno de Amarillo a Dallas y otro de Los Ángeles a Dallas. Sin embargo, en 1993, no se requería identificación para comprar billetes ni para volar, lo que dejaba en el aire la pregunta crucial: ¿fue David quien compró y utilizó estos billetes, o fue otra persona?
Además, el 30 de enero, el día en que se le vio por última vez, se depositaron 5.000 dólares en la cuenta bancaria conjunta de los Lewis, una transacción cuyo origen nunca se determinó. Los vecinos también informaron haber visto su camioneta Explorer en su casa ese día. A pesar de estas extrañas circunstancias y las «pistas» de los billetes de avión, la policía de Amarillo, en 2002, cerró la investigación de la desaparición de David, concluyendo que había desaparecido por su propia voluntad y que no había indicios de un crimen. Esta decisión dejó a la familia de Lewis con más preguntas que respuestas, sintiendo que la verdad sobre lo que le había sucedido a David aún estaba por descubrirse.
Una Muerte Sospechosa y una Identificación Inesperada
Mientras la familia Lewis lidiaba con la incertidumbre, a 1.600 millas de distancia, en Moxee, Washington, se desarrollaba otra parte del rompecabezas. En la noche del 1 de febrero de 1993, la misma noche en que Karen Lewis reportó la desaparición de David, automovilistas en la Ruta Estatal 24, al este de Yakima, avistaron a un hombre desorientado caminando por el centro de la carretera. Preocupados por su seguridad, los conductores dieron la vuelta para advertir a otros, pero al regresar, encontraron al hombre tendido en la carretera, víctima de un aparente atropello y fuga. Fue declarado muerto al instante, sin ninguna identificación, el hombre fue catalogado como «John Doe» y enterrado en una tumba sin nombre. La autopsia confirmó que había muerto por lesiones consistentes con haber sido atropellado por un vehículo, pero el vehículo y su conductor nunca fueron identificados. Además, el hombre vestía fatigues de camuflaje de estilo militar y botas de trabajo, ropa que su familia no reconoció como suya.
El caso de «John Doe de Moxee» permaneció sin resolver durante once años. No fue hasta 2004 cuando un detective, utilizando el entonces incipiente motor de búsqueda Google, decidió buscar información sobre personas desaparecidas en Texas con características similares a las del John Doe. La búsqueda arrojó el nombre de David Glenn Lewis. Las coincidencias eran asombrosas: la edad, la fecha de desaparición y las circunstancias generales. Las autoridades de Washington y Texas coordinaron esfuerzos, y las pruebas de ADN confirmaron con un 99.91% de certeza que el John Doe de Moxee era, de hecho, David Glenn Lewis. La identificación fue una conclusión emocional para la familia de Lewis, permitiéndoles finalmente darle un entierro digno en Texas. Sin embargo, la revelación de su identidad solo profundizó el misterio.

Preguntas Sin Respuestas: El Corazón del Enigma
La identificación de David Glenn Lewis resolvió un enigma, pero abrió una caja de Pandora de preguntas sin respuesta que han atormentado a su familia y a los investigadores durante décadas:
- ¿Cómo llegó David a Washington? La distancia entre Amarillo, Texas, y Moxee, Washington, es de aproximadamente 1.600 millas. ¿Viajó por su cuenta? ¿Fue secuestrado? Si usó los billetes de avión, ¿cómo llegó al aeropuerto de Los Ángeles, y por qué Moxee, Washington, un lugar sin conexiones?
- ¿Por qué vestía ropa militar que no le pertenecía? Las fatigues de camuflaje eran completamente ajenas a su estilo de vida y a la ropa que su familia conocía. ¿Las compró? ¿Se las dieron? ¿O se las pusieron?
- ¿Quién depositó los 5.000 dólares en su cuenta? Esta transacción inexplicable el día de su última aparición añade otra capa de intriga. ¿Fue un pago? ¿Un intento de ayuda?
- ¿Fue su muerte un accidente, un suicidio o un homicidio intencional? Caminar por el centro de una carretera oscura es un comportamiento extremadamente peligroso. ¿Estaba desorientado, sufriendo un colapso mental, o fue empujado a esa situación? La falta de identificación del vehículo y del conductor del atropello y fuga es una pieza clave que sigue faltando.
- ¿Qué papel jugaron los billetes de avión? Si David no los usó, ¿quién lo hizo? ¿Fueron una distracción intencionada?
Las Teorías: Intentando Dar Sentido a lo Inexplicable
Ante la escasez de respuestas concretas, varias teorías han surgido a lo largo de los años, cada una intentando dar sentido a este rompecabezas:
Colapso Mental o Amnesia
Una de las teorías más discutidas es que David Glenn Lewis sufrió un colapso mental o un episodio de amnesia inducido por el estrés. Se ha especulado que el estrés de su trabajo, una demanda legal en curso y una reciente derrota en una elección podrían haberlo afectado profundamente. Este estado mental podría explicar su comportamiento errático, su viaje inexplicable y su desorientación en la carretera. Si estaba en un estado de fuga disociativa, podría haber deambulado sin rumbo, lo que lo llevó a su trágico final. La ausencia de drogas o alcohol en su sistema apoya la idea de una alteración puramente psicológica.
Desaparición Voluntaria (y luego un accidente)
Esta fue la teoría inicial de la policía, aunque la familia la refutó con vehemencia. La idea es que David, por razones desconocidas (quizás problemas personales o financieros no revelados), decidió abandonar su vida. Los billetes de avión podrían haber sido parte de un plan para huir. Sin embargo, esta teoría no explica por qué dejaría su anillo de bodas y reloj, ni por qué terminaría en Moxee, Washington, en un estado tan vulnerable, y mucho menos por qué moriría en un atropello y fuga.
Secuestro o Asesinato
La familia de Lewis siempre creyó que David fue secuestrado. La aparición de su coche con sus pertenencias, el viaje inexplicable a través del país y la muerte en circunstancias tan extrañas sugieren que pudo haber sido víctima de un crimen. La teoría del secuestro podría explicar por qué terminó a 1.600 millas de distancia y por qué vestía ropa que no era suya. Si fue secuestrado, su muerte podría haber sido un intento de eliminar a un testigo o de encubrir el crimen. Su pasado como abogado y juez podría haberle granjeado enemigos, aunque no se ha encontrado evidencia que respalde esto.
Homicidio Intencional Disfrazado de Accidente
Algunos especulan que la muerte de David no fue un accidente aleatorio, sino un homicidio intencional. Si alguien lo llevó a Washington, lo dejó en la carretera en un estado vulnerable y luego lo atropelló, parecería un accidente. La falta de identificación del vehículo y del conductor del atropello y fuga solo alimenta esta sospecha.
El caso de David Glenn Lewis sigue siendo un abismo de incertidumbre. La historia de cómo un hombre de familia de Texas terminó muerto en una carretera de Washington, a miles de kilómetros de distancia y en circunstancias tan extrañas, sigue siendo uno de los misterios más desconcertantes de la historia criminal. Su caso nos recuerda que, a veces, incluso con la tecnología y la dedicación de los investigadores, la verdad puede permanecer elusiva, dejando solo preguntas sin respuesta y un legado de intriga y compasión por la víctima.