Prepárense para otra inmersión profunda en el mundo de lo inexplicable, porque hoy volvemos a poner la lupa sobre un incidente que, sin duda, hizo vibrar los cimientos de la comunidad ufológica: la supuesta captura de un OVNI por parte del ejército de los EE. UU. en 2020, revelada por el incansable periodista Jeremy Corbell y difundida en CNN en Español. Si aún no han visto el video del que hablamos, les recomiendo encarecidamente que lo hagan (enlace al video aquí, ¡no se lo pierdan!).
Corbell, una figura ya familiar para cualquiera que siga de cerca las noticias sobre fenómenos aéreos no identificados, soltó esta bomba informativa que rápidamente dio la vuelta al mundo. La premisa es simple, pero sus implicaciones son monumentales: las fuerzas armadas estadounidenses, supuestamente, no solo detectaron un objeto no identificado con características de vuelo que desafían nuestra comprensión actual de la aerodinámica, sino que lo habrían «capturado» o, al menos, lo habrían tenido bajo un control visual y posiblemente electrónico sin precedentes.

¿Qué significa «capturado» en este contexto? Esa es la pregunta del millón. No estamos hablando de un objeto derribado o recuperado de un accidente, al menos no según la información que se ha filtrado. Más bien, la narrativa sugiere un encuentro donde el ejército logró una especie de «bloqueo» o seguimiento tan íntimo que se asemeja a una captura en términos de datos y observación. Las descripciones que acompañan a este evento hablan de un objeto con una capacidad de maniobra asombrosa, capaz de realizar movimientos que superan con creces las capacidades de cualquier aeronave conocida por el hombre. Imaginen aceleraciones instantáneas, cambios de dirección bruscos sin aparente pérdida de energía, y una ausencia total de superficies de control visibles o propulsión convencional. ¡Es el sueño, o la pesadilla, de cualquier ingeniero aeronáutico!
La credibilidad de Jeremy Corbell se apoya en su historial de divulgación de material clasificado o semi-clasificado, a menudo corroborado posteriormente por el Pentágono o fuentes oficiales. Casos como los videos del «Tic-Tac» o el «GoFast» han demostrado que Corbell posee acceso a información que pocos tienen. Cuando él presenta algo, los ojos de la comunidad OVNI se abren de par en par. La difusión de esta historia en un medio tan relevante como CNN en Español le dio una pátina de seriedad que va más allá de los blogs especializados, llevando el debate a una audiencia más amplia.
Para nosotros, los amantes de los OVNIs, este tipo de noticias es un torbellino de emociones. Por un lado, nos valida. Nos dice que aquello en lo que creemos, aquello que hemos investigado y discutido durante años, está siendo tomado en serio por las instituciones. Por otro lado, nos llena de más preguntas que respuestas. Si el ejército de EE. UU. realmente «capturó» un OVNI de esta manera, ¿qué información adicional obtuvieron? ¿Qué están aprendiendo? ¿Y por qué esta información se filtra a cuentagotas, en lugar de ser compartida de manera transparente con el público?
Este incidente de 2020, tal como lo presentó Corbell, se suma a la creciente pila de evidencia que sugiere que no estamos solos, o al menos, que hay fenómenos en nuestros cielos que desafían toda explicación terrenal. Nos impulsa a seguir buscando, a seguir cuestionando y a seguir exigiendo respuestas. Porque, al final, la verdad está ahí fuera, y cada pieza de información nos acerca un poco más a ella. ¡Mantengan los ojos en el cielo!